DANIEL ROSA
Van 33 minutos del segundo tiempo cuando Rafael Orfila levanta el cartel. Muestra el número 10 y, salvo los de Wanderers que están en la tribuna Héctor Scarone, el resto del público del Parque Central empieza a ponerse de pie y a aplaudir. Ángel Morales empieza a caminar hacia la línea de cal para darle paso a Mathías Cabrera y la ovación no se hizo esperar.
De a poco el "Matuuute, Matuuute" empieza a bajar de las tres tribunas. "¡Grande, maestro!", grita alguien cerca del sector de prensa. El argentino está metido en el corazón del pueblo tricolor y se lo hacen notar en todo momento. Ni siquiera necesita realizar una brillante exposición futbolística para ganarse el cariño de la gente. De "su" gente. El hincha de Nacional disfruta con que el tipo se pare en un costado de la cancha, reciba la pelota, haga un par de amagues, tire el pase y llegue a un compañero para que lo aplaudan como si hubiera metido un gol dribleando rivales desde la mitad de la cancha.
Ayer volvió luego de cuatro partidos de ausencia en los que, sin dudas, Nacional lo extrañó. Es cierto que el tricolor ganó ante Liverpool y Racing, empató contra Morelia y sólo perdió con River Plate, pero la impronta que "Matute" le imprime al juego es la que pretende el técnico Eduardo Acevedo y en la que se basa gran parte de la táctica.
No fue casualidad que el de ayer, con el argentino en cancha, haya sido de los últimos partidos en el que mejor manejó la pelota el equipo y en el que tuvo más volumen de juego, tal cual lo destacó el propio entrenador. "Se perdieron muchas pelotas, es cierto, pero pienso que el volumen de juego lo estamos recuperando. Los circuitos todavía son más horizontales que verticales, porque nos falta ponerle la pelota a Regueiro o a Varela más encaminados hacia el arco rival, pero en el primer tiempo y en los últimos 10 minutos del partido el volumen de juego del equipo fue muy bueno".
La virtud de "Matute" es siempre estar solo para recibir. Es como el "pulmón" del equipo para darle aire a la salida. Siempre se inicia una jugada allí. Y prueba de ello son los dos goles. El penal a Mauricio Pereyra se inicia con un toque de Morales para Varela y la habilitación de primera de éste para el juvenil. El segundo tanto es otra vez "Matute" el que hace la pausa, habilita a Goñi cuando pasa a sus espaldas y mete el centro justo para el cabezazo.
Con su experiencia a cuestas, el argentino sabe a qué ritmo debe jugar Nacional de acuerdo a las circunstancias de partido y lo hace jugar así. Por momentos duerme la pelota, por otros le da velocidad al escaparse por la punta, tirar la moña, un caño o un taquito.
Está más que claro: el fútbol tricolor sale de los pies de "Matute". Y con buenos socios resulta desequilibrante.
La cifra 417 MINUTOS lleva jugados "Matute" en el año, de los cuales 348 son por el Clausura y 69 por la Copa.
Ovación digital
0 comentarios