Por la eficacia de Nacional y los errores de Atenas, el partido no "duró" media hora.

MALDONADO | DANIEL ROSA

En una charla con Alejandro Acevedo luego del partido con Banfield le comenté mi discrepancia por los pocos minutos (sólo siete) que había tenido Sergio Blanco en ese partido. La respuesta del asistente técnico de su hermano Eduardo fue: "Puede ser, pero nosotros sabemos que siempre al `Chapa` le va a quedar una pelota de gol". Ayer ante Atenas a los 8` había tenido dos, las había transformado en gol y ya había liquidado el partido.

Daba pena ver a Pablo Fuentes, el técnico del elenco de San Carlos. Cuando Mauricio Pereyra concretó el 4-0 se tomó la cabeza, la sacudió, miró al piso y caminó. En ese momento seguro que su pensamiento fue: que termine ya. El juego fue un calvario para el local. Aunque empezó con un gol anulado a Rojas que dejó dudas, luego fue vapuleado.

Atenas le hizo todo fácil al tricolor. Dejó muchos espacios entre sus líneas y fue inocente en los mano a mano, perdiendo sistemáticamente cuando lo encararon. Sería injusto, no obstante, decir que los carolinos fueron goleados sólo por errores propios. Nacional tuvo también su mérito.

Lo más importante que dejó el partido para Eduardo Acevedo fue la confirmación de circuitos futbolísticos a tener muy en cuenta en el futuro. La goleada comenzó a gestarse en el mediocampo, con volantes dinámicos y de buen pie. Mauricio Pereyra y Maximiliano Calzada se buscan instintivamente y triangulan con gran naturalidad. El "Tata" se siente a gusto con la velocidad que propone esta formación central y se mueve por todo el ataque. Se juega a dos toques y verticalmente, lo que le da al equipo un gran volumen futbolístico. Fueron nueve jugadas de gol en 45` y cuatro tantos. La dupla Blanco-Balsas es para tomársela en serio. Se buscan, se pasan la pelota (como la gran habilitación de Balsas desde su campo para el segundo tanto) y entre los dos hicieron cinco goles. Eso sí, Nacional no dio garantías en el fondo. Muñoz tuvo un par de tapadas muy buenas y el resto lo hizo (o mejor dicho no lo hizo) la delantera ateniense, que desperdició varias chances propicias.

A Nacional le alcanzaron menos de 45`, en realidad sólo ocho, para liquidar a Atenas.


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