"TATA" GONZÁLEZ

Álvaro González. El hincha que hizo el gol de la vuelta olímpica.

DANIEL ROSA

Lo debe haber soñado tantas veces que por un instante capaz que dudó si no estaba con la cabeza pegada a la almohada. La pelota le cayó en la zurda al borde del área, amagó a tirar, el rival pasó expreso y le quedó para la derecha. Igualito que en el sueño. Se llenó el empeine y el balón salió cruzado para meterse contra el palo. Se miró el pecho y tenía la tricolor puesta, por más que le llamó la atención que era roja y no blanca. "¿Otra vez estoy soñando?", se preguntó.

Mientras de su boca salía un grito de gol que no iba de la mano con lo que razonaba la mente, levantó la vista y observó a las tribunas, inundadas de azul, blanco y rojo y se dijo: "Este sueño recurrente..." Pero la realidad lo golpeó en la cara o, mejor dicho, en todo el cuerpo, porque los compañeros lo empezaron a abrazar y uno de ellos, "Tito" Ferro, lo levantó en peso para tirarlo al piso. Locura en el Centenario, el equipo de sus amores ganando y empezando a vivir la fiesta que sólo se arma cuando se logra un título y todo por un gol suyo. Igualito que en el sueño, pero esta vez no lo era.

Nacional ganaba 1-0 y eso le alcanzaba para ganar el Apertura. Álvaro González se puso de verdad el traje de héroe que tantas veces vistió en su mente y le da un título a su querido tricolor. "No lo puedo creer. Me tocó hacer el gol y lo disfruté muchísimo, pero lo que más alegría me da es que haya servido para que el cuadro del que soy hincha saliera campeón". El "Tata" es todo sonrisa. De alentar al equipo desde la tribuna, cuando no jugaba en Boca y podía cruzar el Río de La Plata para venir a ver a su Nacional, a esta realidad tan regocijante. Por momentos los ojos le brillan y no es para menos.

Estas son las cosas que lo hacen sentirse orgulloso de la decisión que tomó de volver a jugar al país. "Sabía que además de darme el gusto de poder jugar en Nacional, el equipo del que fui hincha toda la vida, iba a poder llegar al nivel futbolístico que pretendía. Tuve la confianza del técnico y la continuidad y eso también me permitió lograr otro de mis objetivos como era estar cerca de la selección. Tuve la suerte de volver a vestir la Celeste y ahora de lograr este título, pero sé que no me puedo conformar con esto. Ahora debo volver a trabajar mucho, porque ya cumplí el sueño de ser campeón con Nacional, pero me falta cumplir otro y es jugar el Mundial".

El "Tata" es hoy el ejemplo vivo de que los sueños se acuñan se pueden hacer realidad con sacrificio. Álvaro González fue el protagonista de una de esas historias que parecen que sólo se ven en las películas.


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