El vicepresidente Atilio Narancio llevó a directiva el tema de los arbitrajes en las finales


JORGE SAVIA

"El trueno entre las hojas", era el título de una película protagonizada en 1958 por Isabel Sarli y la referencia no viene a cuento de que la por entonces voluptuosa actriz argentina haya sido algo así como una especie de "sex symbol" para los niños que estaban por entrar al despertar de la adolescencia hace casi 50 años.

Es que ayer hubo varios estruendos de ese tipo, como también rayos y relámpagos, mientras parte del plantel tricolor entrenaba -sin novedades- entre los árboles que están detrás del arco de la cancha principal de Los Céspedes, a pocos metros de los vestuarios. Y no paró ahí, la tormenta que, al fin y al cabo, azota la región desde el domingo pasado.

"Desde que yo me conozco, en la interna del club siempre había una teoría de que Nacional muchas veces era perjudicado por los jueces. Esa teoría hoy hay quienes la mantienen y, aunque los árbitros han madurado, se modernizaron, se han perfeccionado, porque el verse las jugadas por la televisión ya no es lo mismo que antes, yo me afilio a otra teoría en el sentido de que los jueces son honorables y desarrollan su profesión de acuerdo a su leal saber y entender, como a sus diferentes capacidades, pero creo que igual va a pasar tiempo para que no pasen cosas como pasaban antes".

Rruuummmbleee! El trueno, esta vez, vino desde el mismo lugar del horizonte, pero de otra parte: del Parque Central, de la voz y el pensamiento -calmos, como es habitual- del vicepresidente tricolor, Atilio Narancio, que anoche en la sesión de la directiva de Nacional planteó la inquietud acerca de lo que, a su modo de ver, viene ocurriendo con los arbitrajes de las finales por el Uruguayo y, más concretamente, el de Darío Ubríaco el domingo pasado.

Al respecto del tema que "tiró" encima de la sala de sesiones en la sede de la Avda. 8 de Octubre, el dirigente enfatizó: "Yo podría decir, porque tengo información, de que Ubríaco iba a la escuela con la camiseta de Peñarol abajo de la túnica. Pero no es ese el problema. Porque el juez cuando entra a la cancha deja cualquier partidarismo de lado y arbitra profesionalmente. Lo que me molesta es que el fútbol es un espectáculo, y que un jugador de Defensor agarra de la camiseta a Fernández y no pasa nada; sin embargo, después que le cometan un montón de fouls, el árbitro va y, por dos faltas, ¡le saca la amarilla a un jugador como Lodeiro!"

hígado. Narancio, incluso, comparó el caso del fútbol con los del basquetbol y el boxeo: "Hay equipos que van ¡pic!, ¡pic!, ¡pic!, dándole una cortita tras otra, y van lastimando al otro cuadro lentamente. Si yo en el boxeo pego en el hígado, no se ve la herida, no dejo una marca; pero el rival lo siente...acá no es como el basquetbol, que tiene quinta falta y, por eso mismo, hay equipos como Defensor, que desde hace muchos años tiene la muy mala costumbre de que agarran a un adversario, primero lo faulea uno, después otro, también un tercero y, al final, terminan amonestando al jugador que hace una falta después de que le hayan pegado reiteradamente".

¡Rrruuummmbleee! La voz del vicepresidente de Nacional se asemeja al trueno que parte el cielo en medio de la tranquilidad que precede a la tormenta; y remata su idea: "Ya van dos veces que terminamos jugando 10 contra 11, lo que me lleva a preguntar: `¿Qué queremos? ¿Quieren que Nacional juegue como en la final del 33? ¿9 contra 11? ¿Tenemos que dar esa ventaja? Creo que los jueces pueden cometer errores, porque son seres humanos, pero no ho-rro-res. Eso es diferente. Yo nunca soy de escandalizar; al contrario, trato de poner paños tibios para que Nacional no tenga problemas. Pero Nacional siempre es el bueno, nunca dice nada, acepta ir a la Colombes... y, sin embargo, le pegan al jugador más técnico, el juez no dice nada, al contrario, lo echa, y ese jugador no juega el partido siguiente. Todo tiene un límite, llega un momento que hay que decir ¡basta! Y yo creo que es éste".

equipo. ¡Rrruuummblee! El trueno suena entre las hojas de los árboles de Los Céspedes. Los futbolistas que jugaron contra Defensor "hacen piscina" y se mueven bajo techo. El resto trabaja a la intemperie. El "Hueso" tiene un esguince de tobillo y Medina y Victorino varios tapones marcados en las piernas, pero juegan. Mauricio Pereyra se reintegró y hay que esperar a hoy: si no vuelve a tener fiebre, concentra. En cuanto al equipo, no hay pistas, pero tampoco margen para el misterio: vuelve Matías Rodríguez como lateral, sale Domínguez, pasa Romero a la izquierda y "Matute" entra por Lodeiro.


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