Cantaron con la hinchada. Agitaron banderas y camisetas como si ellos fueron los propios líderes de la "Banda del Parque Central". Besaron el escudo. Tiraron besos. Saltaron. Gritaron. Celebraron abrazados. Estiraban los brazos para tratar de abrazar a todos los hinchas. Levantaron las copas. Se subieron a los arcos. La locura y el frenesí fue total. Formaron uno, dos, tres, cuatro, decenas de coros. Sabían las letras de los cánticos de los hinchas. Pero los de mayor fuerza fueron los que tenían referencia al tradicional rival y los que hablaban del campeonato obtenido. Los líderes de la celebración fueron los más jóvenes, los que están en el club desde chicos, pero los más viejos no fallaron. Acompañaron con alma y vida. El bolso es el Campeón Uruguayo. Y la fiesta fue la máxima expresión de la alegría tricolor.

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