Dos caras, un desquite...
LA PLATA | IGNACIO QUARTINO
Gerardo Pelusso fue muy concreto a la salida del vestuario una vez consumada la derrota ante Estudiantes: "El mano a mano que le contuvo Muñoz a Boselli puede significar nada menos que el pasaje a la final de la Libertadores".
Así de claro fue el técnico tricolor. Es que todos en el vestuario de Nacional coincidieron en que el resultado se puede revertir. Álvaro Fernández admitió que en el primer tiempo no se jugó bien, aunque sostuvo que en la segunda mitad el equipo mejoró. Y que Estudiantes no es lo mismo con Juan Sebastián Verón que sin él.
En tal sentido, en La Plata los medios afirman que hay que empezar a rezar por la pronta recuperación del capitán. La falta del conductor y líder se comenzó a sufrir ya desde el entretiempo, porque anímicamente se sintió el impacto de su salida.
Para Gustavo Biscayzacú, el partido fue como lo imaginó, con pierna fuerte, típico de una semifinal copera. Y tiene la certeza que pese a la derrota Nacional está en condiciones de dar vuelta la historia en el Centenario.
A propósito de la revancha, el presidente de Nacional, Ricardo Alarcón, fue uno de los últimos en salir del vestuario y agradeció el buen trato de los dirigentes de Estudiantes y la actitud que tuvieron para eliminar el foco de hinchas aurinegros que se juntó en una de las cabeceras del Único. Alarcón sostuvo que en Montevideo pasará algo similar, porque Nacional hará una fuerte inversión en seguridad. En el palco, junto a los tricolores, estuvo el mayor Luis Mendoza, de la Jefatura de Policía de Montevideo, para observar el operativo montado, que fue -más allá de los problemas con los hinchas de Peñarol- todo un éxito.
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