EL EJE

Posted by Publicadas por NINO


Campeón con línea de seis...

El eje sobre el cual giró la conquista tricolor es diferente al que ha sido una costumbre.


JORGE SAVIA

Campeón. La palabra lo dice todo. El significado del sustantivo, es absoluto. Después de eso, atrás de esa conquista, que es lo máximo en cualquier deporte, no hay más nada. Tanto, que ni siquiera importan las formas.

Igual, siempre queda algo luego de las consagraciones. Un balance. Un saldo. Un "más allá" de la victoria. Bajo esa óptica, entonces, podría decirse que este es el campeón de la línea de seis, posicionalmente diferente a las que utilizan los equipos que, según las preferencias táctico-estratégicas de sus entrenadores, juegan con tres, cuatro y hasta cinco zagueros en el fondo.

Acá no se trata de eso. Ni siquiera de ese eje central que la tradición indica que también debe tener -y hasta exhibir como una escarapela, orgulloso- todo cuadro exitoso: un arquero, un defensa central, un volante (defensivo u ofensivo, marca o de enlace) y un "9" que, en términos modernos, vendría a ser un punta.

La línea de seis de Nacional la conforman Rodrigo Muñoz, Matías Rodríguez, Óscar Javier Morales, Ángel Morales, Nicolás Lodeiro y, afuera de la cancha, Eduardo Acevedo, que llegó a un equipo que también había salido campeón, lo que no es fácil, porque para un técnico es mejor -tiene más para ganar y menos para perder- agarrar a un cuadro que está en "el fondo de la bolsa", e impuso su impronta. Esto es: discusiones y gustos aparte, el Nacional de Pelusso tenía un estilo, un perfil identificatorio, y el de Acevedo tiene otro.

Acevedo, además, supo manejar el grupo, numeroso y de muchas figuras, lo que nunca es simple tampoco. Lo hizo cuando terminó el Mundial Juvenil y a un equipo que andaba derecho, que ganaba, le tuvo que sumar las reincorporaciones de Coates, Lodeiro y el "Morro"; lo hizo cuando cambió el 4-1-3-1-2 por el 4-2-2-2 con el cual el ingreso del "Tito" Ferro en el mediocampo permitió que "Ojota" dejara de andar corriendo -aún con Nacional ganancioso- detrás de la pelota sin constituirse en la figura gravitante que ha sido de costumbre; y también lo hizo para "pilotear" la integración de un ataque por el que pasaron todos los delanteros que hay en el plantel y, sin embargo, no eran precisamente ellos -sino los volantes y hasta los zagueros, incluso- los autores de la mayoría de los goles.

Lo de adentro de la cancha, "rompe los ojos": Muñoz fue el arquero sólido, que atajó las que hay que atajar, y también unas cuantas de las que iban adentro, que es lo que debe marcar la diferencia entre el jugador que ocupa ese puesto en un cuadro grande y los otros; Matías Rodríguez le dio firmeza y regularidad al fondo, además de pasaje al ataque y un par de goles que sirvieron para sumar puntos; lo de "Ojota" ya está dicho: fue de menos a más y, terminó siendo -como en el clásico, nada más ni nada menos- enorme; la explosión de Lodeiro tras su retorno de la selección Sub 20 fue desequilibrante, ofensivamente desestabilizadora; y, tal vez en la base de todo, estuvo la inteligencia, el genio creador, la asistencia de gol punzante, profunda, y muchas veces lujosa, "inventada" con fineza en el espacio de una baldosa, de "Matute".

Por supuesto, Nacional no fueron ellos solos; pero esa línea de seis fue la raíz misma de la inobjetable consagración de anoche.

A mi manera


Eduardo Acevedo agarró un equipo campeón, le cambió el perfil, cuando surgieron dudas lo retocó, varió el esquema según los jugadores con los que contó, retomó el rumbo ganador y, al final, repitió.

El alma del cuadro


Callado, insistente, abnegado, Óscar J. Morales hizo el "trabajo sucio" cuando era el único volante de marca en un equipo montado para jugar al ataque; después, más acompañado, "Ojota" creció y volvió a "comerse" la cancha.

Golero de equipo grande


Rodrigo Muñoz "manoteó" varios puntos, expuso sobriedad en el juego de alto y, algo importante en un arquero de cuadro grande, al que -por lo general- le llegan poco: en el mano a mano, tapó contragoples peligrosos.

El mago que tiene la cabeza en los pies


Al "Matute" Morales le dieron la batuta de un equipo pensado para vulnerar el arco contrario, y con su técnica sutil, lujosa, y a la vez práctica, abrió inteligentemente la cancha, para sacar de la galera pases y jugadas de gol en forma constante. Fino, cerebral, resultó desequilibrante.

Los chicos crecen


Lodeiro volvió del Mundial Sub 20 "hecho un hombre"; con su habilidad vivaz y penetrante asumió un rol protagónico como enganche y se acopló en forma ideal para cumplir esa función con madurez junto a "Matute" Morales.

Se destapó el tapado

Matías Rodríguez dejó su puesto de lateral para "dar una mano" (por la ida de Coates a la Sub 20) en la zaga; su precisión y rapidez le hicieron "destaparse" con cierres exactos e idas al ataque, volvió al lateral y siguió en alto nivel.


Ovación digital





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