Sebastián Balsas volvió al ruedo y fue protagonista en la goleada del Bolso ante Cerrito que cerró el campeonato. Jugó unos minutos y de buena manera. El Torero habló de su vuelta a la cancha, del Apertura ganado y de los sueños cumplidos.


Se te vio contento por volver a jugar unos minutos aunque sea...
Ni que hablar. Fueron pocos, pero yo soy feliz jugando al fútbol. Hacía mucho que no me tocaba estar dentro de la cancha. Contento más que nada por la victoria. Era un partido que capaz se podría haber complicado por las emociones vividas en el clásico y ante Fénix. Pero sabíamos que los tres puntos eran muy importantes para la Tabla Anual y el grupo lo entendió a la perfección.

En los festejos estabas como loco... ¿Hoy más tranquilo?
Cuando terminé la Liguilla con Racing tuve siete propuestas concretas de acá y del exterior para irme. Vine a Nacional porque soy fanático y quería cumplir un sueño. El otro día no me tocó jugar, entonces lo viví más como hincha que jugador, a pesar de que haya aportado mi granito de arena para los logros. Estaba loco de la vida. A fines de 2000 me fui para España y recuerdo que vinimos a ver a Nacional con mi padre y Alejandro Lembo levantó la copa de campeón uruguayo. La vida me dio la posibilidad de estar en el cuadro de mis amores, dar la vuelta junto a ellos y ser uno más.

Hoy entraron desde el banco con el Chapa Blanco y en la jugada del quinto gol le diste lo que quizás podría haber sido tu gol... ¿Eso marca un poco como es el plantel y el compañerismo que hay hasta en la cancha?
Ni que hablar. El Chapa es un excelente jugador y un gran compañero. Hice lo que tenía que hacer. El estaba mejor posicionado que yo y si hubiera sido otro compañero lo hubiera hecho igual, hice lo correcto nada más.

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