
Con el nuevo cuerpo técnico también vino una nueva forma de trabajo en Los Céspedes. Las partes recreativas siempre forman parte de los entrenamientos, cosa que entusiasma, aparte de divertir, a los jugadores.
¿El qué pierde paga el asado? Puede ser... Pero el primer castigo no es ese, sino someterse a un paredón. Acevedo y sus colaboradores plantean en sus entrenamientos algún trabajo recreativo siempre, que motiva y hace competir a los jugadores. Formas distintas de hacer llevadero un entrenamiento y formas particulares de culminar.
El movimiento matutino de ayer en Los Céspedes comenzó con un fútbol tenis a lo largo y ancho de toda la cancha. Pelotazo iba, pelotazo venía. El equipo que perdió se sometió a un castigo y ese castigo es el popular paredón. El equipo que pierde se cuelga del travesaño de uno de los arcos y el equipo que gana se desquita con ellos. Algo particular...
Para finalizar los entrenamientos, el técnico plantea siempre una prueba de técnica y hasta que no se realice, el jugador no puede irse al vestuario. Y algunos pasan rato...
Cada jugador se para con una pelota al borde del área y el objetivo es pegarle al travesaño. Precisión o precisión, no hay otra... El que no le pega al travesaño no se va y el último en quedar es "castigado".
Ayer por la mañana la prueba fue otra, según los jugadores, más fácil. Los arqueros Muñóz, Burián y Fuentes rotaban en el arco y los jugadores pateaban de afuera del área. El que convertía se iba y el que no, se quedaba hasta hacerlo.
Bromas, risas, competencia sana, grupo unido, son los aspectos a que apunta Acevedo y su cuerpo técnico.
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