Excelente nota de DECANO.COM…

Posted by Publicadas por NINO


La verdad que molesta a muchos…

Memorias que engrandecen...
Publicado por Rodrigo para decano.com
Miércoles 22 de Julio de 2009 00:00

La temporada 2007-2008 marcó el inicio de la gestión directa del poder económico que domina el fútbol uruguayo en uno de los clubes afiliados a la AUF. El 12 de julio de 2007, el poder económico, que había incidido en la destitución de Gregorio Pérez como entrenador del C.A.P., le prometía al entonces novel entrenador de dicho club casi una decena de incorporaciones de primer nivel. Gustavo Matosas salía de las oficinas de Tenfield proclamando entre risas “Estamos ganando 1:0”. Catorce futbolistas terminaron llegando al C.A.P., casi todos de la mano del poder económico, lo que no sucedía desde el año ‘93. El mismo día 12 de julio, el poder económico le decía a Daniel Carreño que no tenía jugadores para ofrecer a Nacional. Tres meses después, el 2 de octubre, Daniel Carreño era cesado como entrenador de Nacional.

Gerardo Pelusso asumió la dirección técnica de Nacional el 9 de octubre de 2007, en un contexto complicado y luego de un interinato de Daniel Enríquez por un partido, que Nacional perdió con Rampla. Nacional ocupaba el décimo lugar en la tabla de posiciones del Apertura 2007-08. La cosa no venía bien.

En su primer partido como entrenador de Nacional le tocaba a Pelusso enfrentar a Danubio, su ex equipo en Uruguay. Fue derrota tricolor por 0 – 2 en el Parque Central. El siguiente partido, contra River Plate, terminó en victoria por 3 a 1. Fue el comienzo de una racha de 11 partidos invicto por la actividad local, que incluyó tres clásicos, uno oficial y dos no oficiales. El cambio se empezaba a notar.

El 25 de noviembre de 2007 Pelusso disputó su primer clásico como entrenador de Nacional. Fue empate 1 a 1, pero el partido quedó en el recuerdo por la controvertida anulación del segundo gol de Nacional, convertido en la hora por el “Chengue” Morales, que hubiera significado el triunfo con remontada incluida y porque, misteriosamente, ninguna de las cámaras apostadas en el Estadio Centenario logró documentar con fidelidad la polémica incidencia.

Febrero de 2008 quedó marcado, al decir del entonces “coordinador institucional” del C.A.P., por los clásicos “de las achuras” (3 a 0) y “del asado” (2 a 1 de atrás). Nacional seguía invicto después de tres clásicos bajo la conducción de Gerardo Pelusso. Semanas después, en los primeros días de marzo de 2008, se produciría la destitución de Gustavo Matosas, primer entrenador del C.A.P. cesado durante la era Pelusso.

Con el objetivo de impedir que Nacional ganara el Clausura 2008, el C.A.P. invirtió más de un millón de dólares. Un año antes, los “galácticos” aportados por el poder económico jugaban en Europa. El C.A.P. terminó ganando el Clausura 2008 en una final contra River Plate, donde el árbitro no sancionó dos penales a favor de los darseneros.

Ya parecen lejanos algunos resonantes triunfos de Nacional en ese 2008: el 4 a 0 a Defensor en el Parque Central, el 3 a 1 a Danubio en Jardines, el histórico 6 a 3 sobre River Plate en el Estadio Centenario ante 55.000 personas, el 3 a 0 contra Flamengo por la Copa Libertadores en el Parque Central o el 5 a 3 contra River Plate por la Liguilla.

En mayo del año pasado, tres derrotas consecutivas dejaban a Nacional fuera de la Libertadores y casi sin chance en el Torneo Clausura. Parecía que se venía la noche, pero Pelusso se había hecho acreedor al respaldo que, a pesar de las voces en contra, le dio el Presidente Alarcón.

Nacional no llegaba bien a la Liguilla 2008, que el C.A.P. jugó inhabilitado por no haber pagado una deuda con el futbolista Darío Vera. Un polémico arbitraje en el último partido de esa Liguilla, contra Danubio, no pudo evitar el primer título de Gerardo Pelusso como entrenador de Nacional, en el segundo torneo oficial que dirigió en su totalidad.

El Apertura correspondiente a la temporada 2008-2009, a pesar de los perjuicios sufridos por Nacional desde su inicio, fue el tercer torneo que Gerardo Pelusso dirigió de comienzo a fin y significó la segunda copa para Nacional bajo su conducción, con triunfo clásico en inferioridad numérica incluido, preámbulo de la final contra Danubio que Nacional ganaría de atrás y también con 10.

Pocos días antes de esa final, Nacional comenzaba a jugar la Copa Libertadores 2009. Seguramente, por entonces muy pocos imaginaban que Nacional terminaría entre los cuatro mejores.

El clásico por la Copa Bimbo, jugado el 17 de enero de 2009, triunfo tricolor con remontada incluida, marcó otro hito. Poco después de ese partido, el C.A.P. despedía a Mario Saralegui, el segundo entrenador cesado desde la asunción de Pelusso como entrenador de Nacional.

La obtención del Apertura 2008 y las buenas actuaciones en la primera fase de la Copa Libertadores, hicieron que, durante el primer semestre de 2009, Nacional priorizara el frente internacional. No obstante, en el ámbito local el Clausura 2009 quedó en la historia con un resonante 3 a 2 de atrás sobre el C.A.P., que dejó a éste en la octava posición de la tabla anual a dos fechas del final y casi fuera de la Liguilla, como finalmente sucedió.

Casi dos años al frente del primer equipo le dieron la razón al Presidente. Jugando contra todos y contra todo, con Pelusso como entrenador, Nacional disputó tres finales y ganó las tres: la de la Liguilla 2007-2008 contra Defensor, la del Apertura 2008 contra Danubio y la reciente e histórica final por la Copa Uruguaya 2008-2009 contra Defensor.

Pelusso dejó abiertas las puertas de 8 de Octubre no solamente por lo que hizo en Nacional, que fue mucho. Tomó a Nacional en un momento complicado y veintidós meses después lo puso entre los cuatro mejores de América, lo que Nacional no conseguía desde 1988. Como dijo el Presidente, sólo por eso podría decirse que Pelusso y sus jugadores fueron los mejores de los últimos 21 años en Nacional. Además, con Pelusso como entrenador, Nacional se consagró Campeón Uruguayo en una definición que parecía imposible. Supo también conformar un plantel de a poco, eligiendo con cuidado y sabiendo que Nacional no contaba para eso con el respaldo del poder económico. Casi todos los jugadores que llegaron de la mano de Pelusso fueron muy importantes para Nacional; otros que estaban en Nacional desde antes alcanzaron su mejor rendimiento con él como entrenador y, por si fuera poco, Pelusso coronó un trabajo de años en formativas, con la llegada masiva de juveniles al primer equipo, cosa que no sucedía desde la década del ’70 y cuyas transferencias reportarán a futuro decenas de millones de dólares para el club. A lo largo de sus casi dos años como entrenador de Nacional, jugó ocho clásicos, de los cuales ganó cinco, empató uno y perdió sólo dos. Pero Pelusso dejó las puertas de Nacional abiertas también por su incidencia en la crisis deportiva del C.A.P., que venía de mucho antes pero que se acentuó notoriamente en los últimos tiempos. No son muchos los entrenadores de equipos grandes que pueden decir que su trabajo contribuyó a que el tradicional rival debiera cesar a dos entrenadores en 10 meses.

El tiempo le dio la razón al Presidente en otra cosa: Pelusso fue también un fiel representante de la Cultura Nacional. Su defensa de la causa fue inclaudicable. Sin faltar el respeto, supo poner a la prensa en su sitio cuando fue necesario. Tras la clasificación de Nacional a semifinales de la Copa Libertadores, los “especialistas” hablaban más de lo que según ellos era el poco juego del equipo, que de un logro que el fútbol uruguayo no conseguía desde hacía 20 años. Pelusso dio por finalizada una conferencia de prensa donde los presentes parecían amargados con el logro tricolor. En otras ocasiones, con argumentos en la mano, tampoco calló a la hora de hablar de los arbitrajes.

Sin embargo, recién en su último partido como entrenador de Nacional la hinchada coreó “¡¡¡… y de la mano de don Pelusso todos la vuelta vamoos a daar…!!!” Ese canto final salió de 45.000 gargantas. Quizá fue lo que desató en Pelusso una emoción que sólo sienten los que sienten los colores.

Antes de llegar a Nacional, Pelusso no era lo que dirigentes e hinchas llaman un entrenador “de la casa”. El homenaje que el club le tributara antes de que se fuera y el agradecimiento que los hinchas de a pie le debemos no son otra cosa que el primer paso para su regreso. “Hay olvidos que queman y hay memorias que engrandecen”, cantaba Zitarrosa. Por eso mismo, Pelusso ya es de la casa.

Rodrigo
22/07/09




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